Para vivir el adviento:
El
adviento que Dios quiere es que abras bien las velas de tu nave y que pongas el
motor en marcha; que salgas una vez más del puerto de ti mismo y que te
arriesgues en busca de la tierra
prometida; que venzas tus apegos y comodidades, los que te impiden crecer; que superes tus miedos, que te paralizan; que sacudas tus rutinas,
pura mediocridad; que confíes. Y una vez que te hayas revestido con los
hermosos trajes de la esperanza, predícala, siémbrala, sé su testigo. Da la
mano al que te pide, levanta al que está caído, fortalece las rodillas
vacilantes, di palabras de consuelo a los corazones tristes, ofrece razones
para luchar a los que están desencantados, pinta de color toda la vida. Son muy
necesarios los profetas de la esperanza Jesús viene una vez más y eso ya nos
produce alegría.
SEAMOS SEMBRADORES DE PAZ Y ESPERANZA
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