Con alegría nos reunimos ante el altar para agradecer al Señor su presencia a lo largo de este curso.
Fue una eucaristía entrañable, profunda bellamente preparada por todo el profesorado, animada por los cantos.
Pedimos perdón por aquello que no hicimos bien. Oramos, de forma especial por nuestra compañera María Dolores que se jubiló en este curso. Ofrecimos lo que a lo largo del curso hemos vivido: alegría, responsabilidad, cercanía, solidaridad unidos a Jesús Eucaristía.
El sacerdote nos invitó a vivir nuestra identidad como escuela católica, a tener calidad educativa y a pensar en el bien común. Claves exhortadas por el Papa Francisco. Y así, con este nuevo reto finalizamos el curso con el deseo de seguir creciendo más como educadores mercedarios de la mano de nuestra Madre de la Merced.
¡FELIZ VERANO A TODOS!
No hay comentarios:
Publicar un comentario