Nuestra oración del día 24 de mes en el patio, tuvo un especial recuerdo a los más necesitados.
María siempre atenta descubre en Caná que no tienen vino. María nos invita a cambiar la mirada, en lugar de estar centrados en nosotros mismos, tener una mirada compasiva ante quien sufre. Mirada al emigrante que vende pañuelos en los semáforos, mirada a tantas personas que viven en la calle, mirada a quien está lejos y muere de hambre, a los que no tienen techo ni hogar…
Que como jóvenes mercedarios no seamos indiferentes ante el dolor y que con la ayuda de María de la Merced, seamos personas comprometidas y nos esforcemos por crear un mundo más justo y solidario.
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